Año de edición: 2008.
Editorial Anagrama. 296 págs.
Entrando en materia; el libro que hoy se reseña es en sentido estricto un libro de viajes, sin embargo, resulta difícil categorizarlo por cuanto el libro posee importantes trazos cronísticos y ensayísticos. Estilísticamente impecable, Magris utiliza el lenguaje con precisión quirúrgica para transmitir sus sentimientos e impresiones acerca no sólo de viajes concretos que el autor ha realizado y va dando a conocer a lo largo del libro, sino también del acto de viajar en sí mismo. No es casualidad que el autor sea Catedrático de Literatura Germánica en la Universidad de Trieste y representante de la alta cultura italiana. Se nota en la delicadeza de la dicción que emplea, tanto como en el hecho de que la mayoría de los viajes que plasma en el libro son para la participación del autor en simposios, congresos de literatura, mesas redondas, y demás reuniones de tipo cultural que la élite académica utiliza para pegarse lo que en román paladino se denomina una vidorra.
Volviendo al libro, es cierto que por momentos
adolece de exceso de divagación mejorando, de forma notable, en su versión cronística -quien ésto escribe no oculta que una de sus debilidades lectoras es el género de la crónica en sus diferentes versiones-. Algún ejemplo de ésto son el capítulo que dedica a la minoría nacional sorbia de la región alemana de Lusacia o aquel dedicado a la minoría etníco-lingüística de los istrorrumanos en la limítrofe región italiana de Istria. El análisis que el autor hace de ambas minorías en términos etno-antropológicos en sendos capítulos se revela sumamente interesante, quizás aumentado su efecto por mi total y absoluto desconocimiento de la existencia de esas dos culturas. Destacable también el último capítulo " El gran sur" en el que Magris lleva a cabo un análisis histórico sobre el tormentoso desarrollo de la nación australiana asentado en gran medida sobre el exterminio de la población aborigen y la extrema crueldad del antiguo sistema de presidios británicos.
Reitero que mi preferencia por estos capítulos responde a una preferencia personal por la crónica y el contenido de dichos capítulos, que en modo alguno afea el resto de capítulos y contenidos del libro de mayor carácter filosófico-reflexivo. Quiero destacar tres perlas -así me lo han parecido- del contenido del libro a modo de pequeña muestra de su potencialidad literaria:
- La conciencia de las cosas tal como son no puede hacer olvidar la exigencia de las cosas tal como deberían ser.
- Hay hoy una Alemania eficiente, económicamente agresiva y culturalmente deslavazada -aséptica, como ciertas mujeres perfectas, bellísimas y para nada deseables- (Inmejorable definición del concepto de Alemania que yo tengo).
- En los lugares de vegetación exuberante donde bulle la vida se corre el riesgo de no ver, como cuando, en un ambiente demasiado rumoroso, no se oye nada.
En resumen, un libro con muchas más luces que sombras en cuanto a calidad literaria, casi perfecto en fondo y forma y además flanqueado por una traducción soberbia de Pilar García Colmenarejo de una complejidad más que notoria, el único pero que le pongo al libro desde un punto de vista mucho más subjetivo que objetivo es que se imponga de largo la parte filosófica-ensayística a la narrativa-cronística.
Pd: Bonita edición de Anagrama de la colección Panorama de Narrativas: Portada con ilustración "Versailles 1985" que se puede contemplar a la cabecera de este post.
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