Autora: Alicia Kopf.
Año de Publicación: 2016.
Editorial Alpha Decay. 253 págs.
He de admitir que llegué hasta la lectura de esta obra atraído por la curiosidad que me producía que tuviera críticas muy favorables y otras tantas bastante adversas.
Dicho esto, comenzaremos diciendo que es esta una obra que no soporta muy bien una categorización única; en este sentido, diremos sólo que tiene elementos de autoficción, crónica de viajes, crónica a secas, diario y ensayo. Tres partes se distinguen en cuanto a la estructura de la obra: la primera parte nos evoca las grandes gestas de la exploración polar de principios del siglo XX comandadas por personajes como Roald Amundsen, Robert Peary, Ernest Shackleton o Robert Falcon Scott, todos ellos guiados por la épica de la conquista de lo desconocido, del espacio virgen helado. Aquí he de confesar que comparto con la autora el interés y la fascinación por el período de las conquistas polares -uno de los libros que espera su turno en mi cuarto es el del viaje de Shackleton y el Endurance a la conquista del polo sur recuperado por la editorial Capitan Swing-.
Siguiendo con el análisis del libro, el segundo plano de la obra nos traslada hasta las circunstancias vitales de la autora, nítidamente marcadas por la existencia de su hermano que sufre Trastorno del Espectro Autista -TEA en sus siglas- que es el hermano de hielo. En esta segunda parte más intimista, la autora reflexiona sobre su trayectoria vital desde la infancia, pasando por la separación de sus padres hasta llegar a las peripecias vitales vinculadas a la precariedad laboral y emocional de una estudiante distanciada de su familia.
La tercera parte, es la crónica de un viaje a Islandia que realiza la propia autora, aunque simbólicamente es mucho más; es el cénit de un viaje introspectivo e intelectual donde el hielo es apenas un leitmotiv que vincula las secuencias de ese viaje. El hielo es en este libro metáfora del hermetismo autista; pero también un polo de atracción físico e intelectual.
Quizás lo más destacado en el haber de la obra es una vocación experimental tanto en el fondo como en la forma que da como resultado un artefacto literario bastante original que, en mi opinión, es bastante de agradecer y sin duda, lo más meritorio de la obra. En otras palabras, un soplo de aire helado -siguiendo con la temática del libro- en el mundo literario de ese que despierta sanas inquietudes.
Pd: Premio el Ojo Crítico de Narrativa 2016 otorgado por el programa homónimo de RNE de nuevo, a mi parecer, entregado con criterio y acierto a esta obra.
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