Autor: Bruce Chatwin
Año de publicación: 2007.
Editorial Península. 334 págs.
El título del libro hace referencia a los mapas musicales que crea y a su vez da sentido al sistema tradicional de creencias de los aborígenes australianos. El libro explica -o al menos lo pretende- la cosmovisión de las poblaciones aborígenes para quienes estos trazos de la canción son la clave de bóveda en torno a la cual se articula desde su propia identidad hasta el territorio y que poseen para ellos un componente sagrado.
Este es precisamente el valor central del libro, el elemento antropológico que Chatwin nos transmite a través de su narración. En su haber, que Chatwin era un meticuloso observador y además un buen narrador de historias, así, consigue ponernos sobre la pista de una realidad tan compleja y sútil -casi huidiza diría- como son esos trazos de la canción de unas poblaciones nativas australianas en franca decadencia.
En el debe del libro está la dispersión final donde el autor deja de lado el relato de su interesante vivencia australiana y comienzan a amontonarse notas de sus cuadernos puestas de manera más o menos anárquica sobre temas como el nomadismo/sedentarismo, la música o la evolución humana desde el pasado más remoto de la humanidad. Se intuye que con semejante material Chatwin hubiera pretendido hacer un ensayo o ejercicio más profundo y que por alguna circunstancia, éste se quedo inconcluso. Sea como fuere, estos retazos son incrustados a la narración sin una articulación adecuada restándole brillo al resultado final.
En resumen, un libro muy sugerente que me lleva a pensar firmemente que no será el último de ellos que lea de este autor, lástima ese exceso de notas inconexas.
Pd: Precioso final siguiendo el trazo de una canción hasta el lecho mortuorio del pariente de un aborigen amigo de Chatwin al que éste sigue hasta allí mismo.
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