martes, 19 de diciembre de 2017

EL CEMENTERIO DE LOS REYES MENORES


Autor: Zoran Malkoc

Año de publicación: 2016.

Editorial Rayo Verde. 216 págs.


No es la obra de Malkoc un libro de relatos al uso. Y no lo digo por el género, evidentemente va de relatos la cosa. Tiene que ver con el estilo de Malkoc, que es cuanto menos muy personal y difícilmente catalogable, dicho en el mejor sentido.

Voy a tratar de explicarme, los relatos de Malkoc contienen elementos cercanos al realismo mágico y al onirismo surrealista sin quedar enmarcado por completo en ninguna de esas dos corrientes, pero influenciado por ellas. De tal forma que la prosa de Malkoc tiene una fuerte personalidad propia, situada en una realidad muy difuminada y borrosa, turbia en ocasiones y de una cotidianidad poco cotidiana. Creo que así se entiende mejor que, con todos estos elementos en la coctelera el resultado final es, como poco, difícil de catalogar.

Lo que queda claro es una cosa, Malkoc construye un universo propio y muy personal, con una prosa sobria y además domina bien el relato, con lo cual, nos encontramos ante una obra de una buena factura literaria. Un fino hilo argumental (personajes que se repiten o la voz del narrador) une unos relatos con los otros, sin embargo, temáticamente son todos ellos diferentes entre sí. En definitiva, una rara avis literaria que tiene en su personalidad propia y su originalidad sus principales fortalezas.

Al hilo del título de la novela, ¿Nunca os ha pasado que habéis elegido leer una novela porque su título os resulta atractivo y sugerente? o por el contrario ¿Nunca habéis desechado la lectura de un libro porque con independencia de su contenido, el título es de una notable mediocridad? En mi caso sí, lo admito, y en múltiples ocasiones y en muchos casos de manera consciente, y lo seguiré haciendo.

El título es, en mi opinión, como una llave a una obra literaria y por ello ha de ser tan cuidada como el contenido de la misma, en tanto que puede abrir o cerrar la puerta de acceso a múltiples lectores/as y por ello creo que los autores/as, han de ser esmerados y cuidadosos en este punto y saber elegir con criterio.Pues bien, os cuento todo esto porque en mi opinión sólo el título de la obra supone un ejercicio literario en toda regla y de los buenos. Traspasado el umbral de entrada, por suerte, los relatos no pierden el pulso al título en cuanto a calidad literaria y originalidad.



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