Año de publicación: 2011.
Sajalín Editores. 135 págs.
Como prometimos en los adelantos, la reseña que abre el año lecto-escritor en el Páramo Literario es este Cirkus Columbia del segundo autor que repite en este blog: Ivika Djikic.
La novela arranca en una ciudad de provincias de Bosnia Herzegovina en julio de 1991, hasta allí llega con los bolsillos llenos de marcos alemanes el emigrado Divko Buntic, un personaje lúgubre y caprichoso con su enorme gato negro Bonny, el cual se escapa y pondrá sobre su pista a toda la adormecida ciudad en busca de la suculenta recompensa de 2000 marcos que ofrece Buntic a quien le devuelva a su gato sano y salvo. Este es pues, el punto de partida argumental de una novela que es ante todo una obra de derivas vitales, las más de las cuales, acabarán en un naufragio inexorable.
La acción de la novela se narra desde diferentes voces, lo cual aporta distintas subjetividades que otorgan profundidad al conjunto. A ese carácter coral de la novela, hay que añadirle el hecho de que el autor juega de manera notable con los recursos narrativos, así, la forma epistolar y los retazos de un cuadernos personal de notas, quedan insertados dentro de la narración aportando un punto de originalidad y como decíamos diferentes enfoques a la acción narrativa.
Por cierto; cronológicamente la novela se desarrolla durante el conflicto armado que asoló la región de los Balcanes, conflicto que actúa como trasfondo de la obra, separando a los personajes, empujándolos en una u otra dirección y obligándoles a elegir opciones que no desean, estas elecciones acercarán a casi todos los protagonistas hacia el naufragio vital que más arriba señalábamos.
No por entendible, deja de ser significativo que la guerra de los Balcanes se haya convertido en un tema recurrente en la narrativa contemporánea balcánica, como el reflejo de un fantasma que atormenta la memoria social, y por ende, queda reflejado en la producción literaria de los autores de la zona. Como decíamos, es comprensible esta especie de eco psicosocial que la literatura, como creación artística e intelectual producida en un contexto socio-histórico determinado recoge, si se atiende a la dureza de los acontecimientos que allí tuvieron lugar y su relativa cercanía en el tiempo
Hecho este inciso y al igual que en su aquí reseñado Soñé con elefantes, Ivika Djikic se muestra como un autor capaz de crear imágenes de fuerte contenido simbólico. En el caso de Cirkus Columbia la más potente quizás sea la de ese tiovivo montado únicamente por un Divko Buntic que apura su vacía existencia despilfarrando sus últimos ahorros en ese capricho vano.
En resumen una novela liviana y sugerente y un autor que repite en nuestro Páramo y que de nuevo se nos muestra cómo un notable contador de historias que es al fin y al cabo de lo que trata este juego.
Pd: Para los cinéfilos hay película del libro, que yo por mi parte, tengo intención de ver.
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