domingo, 15 de marzo de 2020

LA LLUVIA AMARILLA


Resultado de imagen de la lluvia amarilla reseña


Autor: Julio LLamazares.

Año de Publicación: 1988

Editorial Seix Barral. 137 páginas. 


Ainielle, pueblo del Pirineo oscense, invierno de 1961. Andrés el de Casa Sosa se convierte en el último habitante del pueblo tras la partida de sus últimos vecinos y el suicidio de Sabina, su mujer.

Los personajes son ficticios pero bien podían no serlo, el marco geográfico y psicosocial en los que se encuadra la historia son reales -Ainielle es un pueblo real abandonado y la problemática asociada a esa despoblación extrema que lleva a pueblos y comarcas enteras al borde de la desaparición y el olvido, por desgracia, sigue vigente-.

La lectura de esta obra es deudora de la de la España vacía de Sergio del Molino, aquí reseñada, en tanto que era una de las referencias literarias que allí se citaban. Su temática me llamó la atención y las reseñas, que hablaban muy bien de la obra, me acabaron de convencer. Y una vez leído el libro coincido en que La lluvia amarilla es un ejercicio narrativo de una calidad bastante por encima de la media. 

La prosa que emplea LLamazares es de un marcado cariz poético y sin embargo, en coherencia con la línea argumental del libro, es mordiente y descarnada. Con capacidad para crear imágenes llenas de belleza y simbolismo, pero también de crear desazón. Pondré un ejemplo, yo acostumbro a leer antes de ir a dormir y cuando cerraba el libro, una sensación de verdadero desasosiego ante la desventura del protagonista te invadía. Porque es esta una novela sobre la soledad y el olvido.

Resulta potente la imagen de esa lluvia amarilla que da título al libro, capaz de disolver la luz -a la manera de los pintores impresionistas-, pero también los recuerdos del protagonista y la propia materialidad que le rodea, su pueblo. Ese pueblo que ejerce como una suerte de ancla de la memoria - individual y colectiva- que el protagonista siente que morirá con él. 

La historia de un ocaso vital rodeado de la muerte y de sus sombras que vienen todas las noches a visitarlo. Y cuyo destino se encamina de forma lenta e inexorable hacia ese destino con la triste conciencia de que con él morirá algo más, morirá Ainielle, su pueblo.

Considerada una de las mejores obras de narrativa española de la segunda mitad del siglo XX, personalmente, es una de las mejores lecturas de los últimos años y sin duda alguna, una de las mejores obras de las que han sido reseñadas aquí en el Páramo Literario, bella, evocadora y reflexiva a partes iguales. Poco más que añadir.


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