Autor: Santiago Posteguillo.
Año de Publicación: 2020.
Editorial Planeta. 738 páginas.
Es Santiago Posteguillo el primer autor que hace triplete en nuestro blog. Esta vez vuelve con la secuela de la obra Yo, Julia también reseñada aquí y dedicada a Julia Domna, la esposa del emperador Septimio Severo y una figura interesante cuya ambición e inteligencia le llevó a la cima del poder en el Imperio Romano, aunque este libro se centra más en el papel de Julia durante el "reinado" de su hijo Caracalla.
Posteguillo debería de ser un imprescindible para cualquier persona que se interese por la Historia de Roma, y yo ampliaría más, para cualquier persona que guste mínimamente del género de la novela histórica. Y todo ello gracias a una fórmula que el domina a la perfección y que unido a unas potentes campañas de marketing le han llevado a convertirse un exitoso fenómeno editorial.
Esta fórmula combina acertadamente la capacidad de recrear el funcionamiento de los mecanismos reales del poder en la antigua Roma. A lo que cabe sumar un cuidado equilibrio entre el ánimo didacticista -presente en todas sus obras-, una escritura ágil y muy accesible y su capacidad de introducir elementos narrativos que se imbrican con el hilo principal de la obra y la hacen más atractiva -que en esta novela se concreta en la lucha que los Dioses romanos plantean en la persona de Julia-.
Todo ello en su conjunto crea historias bien ambientadas, personajes razonablemente bien definidos, obras ágiles en su lectura e interesantes en su fondo. La lectura de cualquiera de sus obras es altamente recomendable por que permiten aprender disfrutando de una buena lectura. Y ese mérito es innegable.
Sólo me queda una duda respecto al autor, es evidente que el registro de contador de historias de personajes de la Roma antigua basado en sus vastos conocimientos del período, Posteguillo lo domina como nadie. ¿Se aventurará algún día a salir de esos límites?
Pd: En esta edición hay algún olvido -nada grave, pero creo que sí, significativo- en cuanto a términos latinos empleados en la narración y que no se recogen en el glosario del final del libro.
Creo que revela el menor esmero respecto a otras ediciones de libros de este mismo autor que en el cuidado de la edición rozaban la perfección. Cuestión de prisas editoriales supongo.
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